Mayo de 2008
Esta es una escapada de cuatro días por una de las zonas menos conocidas de Asturias, pero no por ello menos bellas...
CONCEJO DE CUDILLERO
Iniciamos el viaje en el hermoso pueblo de Cudillero, con sus pintorescas casitas de colores dispuestas a modo de anfiteatro, que culminan en el escenario que forma la plaza de La Marina. Contemplamos un rato el mar desde el pequeño puerto y nos adentramos, siguiendo la Ruta de los Miradores, por las calles de su casco antiguo.
Esta es una escapada de cuatro días por una de las zonas menos conocidas de Asturias, pero no por ello menos bellas...
CONCEJO DE CUDILLERO
Iniciamos el viaje en el hermoso pueblo de Cudillero, con sus pintorescas casitas de colores dispuestas a modo de anfiteatro, que culminan en el escenario que forma la plaza de La Marina. Contemplamos un rato el mar desde el pequeño puerto y nos adentramos, siguiendo la Ruta de los Miradores, por las calles de su casco antiguo.
Nos hospedamos en el hotel rural, de dos estrellas, del Complejo hostelero Lupa, en San Juan, a 1 km de Cudillero. En su página web indican las tarifas según la temporada. Nosotros asistíamos a la boda de unos amigos que lo celebraban en los salones del complejo y nos invitaron. Les estamos muy agradecidos por habernos dado la oportunidad de visitar este rincón tan bello de España.
Continuando el viaje hacia Luarca, tomamos la carretera nacional N-632 y nos desviamos hacia el pequeño pueblo de Oviñana, donde podremos contemplar, a unos 2 km de dicha desviación, una de las vistas más hermosas que tenga como protagonista al mar; los imponentes acantilados del Cabo Vidio, de unos 100 m de altura. Hasta el Concejo de Valdés está declarada toda la zona como Paisaje Protegido de la Costa Occidental.
CONCEJO DE VALDÉS
Seguimos el viaje hacia Cadavedo. Aquí nos dejamos salpicar por las olas de un embravecido mar Cantábrico y visitamos el hermoso Mirador de La Regalina; su ermita es un referente de fiestas populares a finales de agosto para los habitantes de Cadavedo. También llaman la atención sus ásperos acantilados, así como el hórreo típico asturiano. Los hórreos son construcciones de madera o piedra, aisladas, de forma rectangular o cuadrada, sostenidas por columnas, características del noroeste de la Península Ibérica, que se utilizan para guardar granos y otros productos agrícolas.
Aquí, en Luarca, se pueden visitar muchas cosas; el Acantilado del Portizuelo, el faro y la capilla de la Atalaya, los b arrios de Barcellina y Villar, con sus Casas de Indianos (mansiones construidas por los emigrantes de finales del XIX y principios del XX), el Mirador de la Funial, el Aula del Mar del CEPESMA (museo que recoge la mayor colección de calamares gigantes de Europa), el cementerio (considerado uno de los más bonitos de España), la Mesa de Mareantes y mosaicos (donde se recoge parte de la historia de Luarca), el barrio marinero de El Cambaral, el puerto y la lonja de pescadores, la iglesia parroquial, el puente del Beso, el barrio marinero de la Pescadería, las playas y la plaza del Ayuntamiento y sus calles adyacentes, con edificios de estilo modernista.
En Luarca comimos en el restaurante marinero Noray, en el paseo muelle 10, donde la relación calidad-precio es muy buena. Todo estaba bueno y se respiraba un buen ambiente. Según la RAE, el noray es el poste o cualquier otra cosa que se utiliza para afirmar las amarras de los barcos.
También visitamos el cercano pueblecito de Brieves, famoso por sus arcos que unen los hórreos con las casas, de gran valor etnográfico. Destaca una construcción conocida comoLa Torre , que perteneció a la familia Abella y data del s.XVI.
El último lugar que visitamos en esta escapada es El Cabo de Peñas, el territorio asturiano situado más al norte y desde el cual pueden contemplarse magníficas vistas sobre los imponentes acantilados, alternados con playas de arena fina.
También visitamos el cercano pueblecito de Brieves, famoso por sus arcos que unen los hórreos con las casas, de gran valor etnográfico. Destaca una construcción conocida como
El último lugar que visitamos en esta escapada es El Cabo de Peñas, el territorio asturiano situado más al norte y desde el cual pueden contemplarse magníficas vistas sobre los imponentes acantilados, alternados con playas de arena fina.
En él se encuentra el faro que avisa a los barcos de la cercanía de la costa y que se construyó en 1852. Este faro cuenta con un aula de interpretación marina que cuenta con cinco salas; una dedicada al faro, otra a la simulación e historia de los naufragios y las tormentas, otra a la vida del mar del Cabo de Peñas, otra al medio marino y otra, llamada la Ventan de Gozón, que es un compendio del patrimonio cultural, humano y natural de la región. El entorno fue declarado Paisaje Protegido en 1995 por el Decreto 80/1995, entrando a formar parte de la Red Regional de Espacios Naturales Protegidos (RRENP).
Aquí acaba el viaje que nos dejó un grato recuerdo y las ganas de seguir disfrutando de sus paisajes y cultura en otros viajes futuros.